Amanecí...
con un río de aguas turbias
desdibujando tu rostro,
con un dolor de entrañas vacías,
que no recibe luces de esperanzas
y que ofrenda raíces profundas,
a los terrenos siempre vírgenes,
de mi amiga la soledad.
Amanecí...
con mil ideas distintas,
con un sinfín de sensaciones,
que me alejan del vuelo de mi ángel
encaminandome sin lugar a dudas
a la cueva donde habitan
los lúgubres demonios, de la ausencia.
Amanecí...
y ya no encuentro la luz, qué me guiaba
ni las ramas que con amor,me cobijaban
ni esos los labios que a distancia
me besaban y mil promesas de amor
a diario, me entregaban.
Amanecí...
con las pisadas del adiós
marcadas en mi alma.
Cubanita©
con un río de aguas turbias
desdibujando tu rostro,
con un dolor de entrañas vacías,
que no recibe luces de esperanzas
y que ofrenda raíces profundas,
a los terrenos siempre vírgenes,
de mi amiga la soledad.
Amanecí...
con mil ideas distintas,
con un sinfín de sensaciones,
que me alejan del vuelo de mi ángel
encaminandome sin lugar a dudas
a la cueva donde habitan
los lúgubres demonios, de la ausencia.
Amanecí...
y ya no encuentro la luz, qué me guiaba
ni las ramas que con amor,me cobijaban
ni esos los labios que a distancia
me besaban y mil promesas de amor
a diario, me entregaban.
Amanecí...
con las pisadas del adiós
marcadas en mi alma.
Cubanita©
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